La vampira de la calle de Poniente
Luis AntĆ³n del Olmet y otros
Col. Hecatonquiros (02)
244 páginas; 170 x 220 mm.
Rústica fresada sin solapas.
SINOPSIS
Ā«Barcelona 27 [de febrero de 1912], 2 tarde (URGENTE). Un guardia municipal ha encontrado esta maƱana a la niƱa desaparecida. Estaba secuestrada por una mujer de cuarenta aƱos, llamada Enriqueta MartĆ, en una casa de la calle de Poniente. Cuando el pĆŗblico ha conocido la noticia, se ha agolpado frente al domicilio de la Enriqueta, y para evitar un asalto, han tenido que acudir las fuerzas de orden pĆŗblico. AmpliarĆ© detallesĀ».
AsĆ comenzaba la fatĆdica crĆ³nica carcelaria de Enriqueta MartĆ, la vampira de la calle de Poniente. Durante algo mĆ”s de un mes, los periĆ³dicos de todo el paĆs se hicieron eco de un caso tan sensacional como ciertamente misterioso; un caso vivido con pasiĆ³n por los lectores y considerado con terror e indignaciĆ³n crecientes por los ciudadanos de la convulsa Barcelona, testigos inmediatos del hacer errĆ”tico, cuando no negligente, de las autoridades āque no sĆ³lo habĆan permitido el horror, sino tambiĆ©n hacĆan, o parecĆan hacer, por ocultarloā. Conforme los medios revelaban detalles del siniestro proceder de Enriqueta āno siempre verĆdicos o debidamente contrastadosā, un manto de aberraciĆ³n cubrĆa su figura. Su caso, desde luego, poseĆa todos los ingredientes del mĆ”s sombrĆo folletĆn, y la prensa no dudĆ³ en explotarlos. Acusada de secuestro, trĆ”fico de menores, infanticidio, prostituciĆ³n, curanderismo, nigromancia o vampirismo, y convertida en el centro de una oscura trama de encopetadas implicaciones āinteresadas, al decir popular, en silenciar su casoā, la mala dona entrĆ³ a formar parte, quizĆ” por derecho propio, del funesto panteĆ³n de nuestros mĆ”s infames criminales. Su leyenda, como todas las leyendas, le sobreviviĆ³, y hasta su propia muerte, acaecida un aƱo mĆ”s tarde en prisiĆ³n, se vio impregnada de suspicacia y misterio. Esta es la crĆ³nica periodĆstica de aquellos dĆas y hechos. Unos hechos sensacionales que estremecieron a toda una naciĆ³n; un misterio que permanece aĆŗn sin resolver y que hizo correr rĆos de tinta.