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Las aventuras de Monsieur Vieux Bois de Rodolphe Töpffer
Las aventuras de M. Vieux Bois
Rodolphe Töpffer

Col. Ópera Pantagruélica (02)

136 páginas; 235 x 140 mm.

Rústica fresada sin solapas.

SINOPSIS

Aunque son muchos los que tienden a establecer el nacimiento del cómic en las tiras americanas de finales del XIX, lo cierto es que fue un versátil artista suizo el artífice de tan fabulosa invención. En 1827, el ginebrino Rodolphe Töpffer (1799-1846) concebía la primera de sus histoires en estampes –como las dio en llamar–, abriendo una original vía a la experimentación artística sobre la base de la cooperación entre texto e imágenes; una vía de innegable perspectiva popular y que tantos otros –y con tanto éxito– habrían de transitar.

 

Y es que en Töpffer, en su obra, encontramos, y advertimos fácilmente, muchos de los elementos principales del arte que hoy se conoce –al menos, popularmente– como cómic. Y su propio autor, aun cuando utiliza la equívoca fórmula histoires en estampes, aun cuando califica sus propios dibujos de garabatos, sinsentidos gráficos o pequeñas locuras, es consciente de haber creado una nueva forma de narración híbrida, una forma que romperá las fronteras del tiempo y del espacio, y que llegará a obtener, y por derecho propio, la calificación de arte. Tan consciente será Töpffer de sus potencialidades, que llegará incluso a teorizar sobre el nuevo medio (su Essai de Physiognomonie bien puede considerarse el primer texto teórico sobre el arte del cómic). No es de extrañar pues que su obra despertara la admiración de personalidades de la modernidad y clarividencia de Goethe, Gautier, Jarry o Le Corbusier. O que en los últimos años hayamos asistido a los esfuerzos de algunos editores e investigadores por recuperar su legado. La lectura y el análisis de la obra de Töpffer revelan no solo su sorprendente modernidad –en relación con el medio que la produce–, sino también, y ante todo, su plena vigencia –tal, que Chris Ware cree estar ante un contemporáneo–, la lección que sigue emanando de su examen y que hace válida la sutil paradoja enunciada por Spiegelman y ratificada por el propio Ware: el futuro de los cómics está en el pasado.

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