BIOS - LOS HERMANOS O'KAMARK

Nacidos en el seno de una reputada familia republicana y ultracatólica de Gelvaway (Irlanda), la vida y el comportamiento de esta extraña pareja ejemplifican a la perfección el viejo dicho que reza: «Dios inventó el alcohol para que los irlandeses no dominaran el mundo». A fin de tomar las riendas de los negocios familiares, como era propósito de sus padres, los O’Kamark recibieron una esmerada educación en los mejores centros del país. Sin embargo, pronto descubrieron que sus intereses se alejaban del estrecho sendero marcado por sus progenitores.

Desde temprano, el mayor de los hermanos, Françis, mostró un gusto casi insalubre por conocer los hechos del pasado y una pintoresca predisposición al dibujo. Siendo todavía joven ingresó en la afamada Escuela de Artes y Oficios Mahoney; sin embargo, su indomable afición al alcohol, su natural pendenciero y un oscuro asunto -que aún permanece sin esclarecer- relacionado con apuestas ilegales le impidieron culminar sus estudios. Con todo, su carácter afable, aunque terriblemente vehemente, le convirtieron en uno de los alumnos más carismáticos del centro. Tras su prematura salida de la Escuela Mahoney, formó parte militante de los más selectos y combativos sindicatos de ilustradores del país, caso del tristemente célebre PLUMILLAS AFILADAS o del recientemente proscrito TINTA ENVENENADA. En la actualidad, este beligerante bebedor lleva una vida de retiro en el campo, realizando únicamente trabajos por encargo. De entre el conjunto de su obra cabe destacar: LOS JÍBAROS DE ESCOCIA (ensayo ilustrado firmado junto a su hermano I. O’Kamark), LA OVEJITA DE MARY (cómic que fue censurado por su descarnada crueldad), RETRATOS EN LA OSCURIDAD (serie de ilustraciones en la que exhibe su lado más introspectivo), UN ESCOCÉS EN TSAVO (su gran obra maestra) o la controvertida RECUERDOS DEL FUTURO (que le valió una agria polémica con Erik Von Daniken y Giorgios J. Tsoukalos).

I. O’Kamark, el menor de los hermanos, desarrolló con extraordinaria precocidad una gran afición a la lectura y a las bebidas blancas. Sus APUNTACIONES AL LENGUAJE DEMONÍACO DE SU MAJESTAD le convirtieron en el crítico más joven en ingresar en el Instituto de Literatura Oscura de la Universidad de Vladburg. Desafortunadamente, durante una reunión departamental –de la que se dice que había más alcohol del recomendable-, tuvo una violenta disputa con «un apergaminado y mohoso catedrático» a propósito de la influencia del alquimista Torgnesius en los estudios de Vicenius, lo que provocó su abrupta salida del Instituto. A pesar de los esfuerzos que desde el centro se hicieron por truncar su carrera, consiguió que la editorial VD aceptara el borrador de la que sería su obra más conocida: MIRADAS CRÍTICAS A LAS CRÍTICAS DE UN CRÍTICO DE CRÍTICA, pero una vez más su fuerte carácter, templado al gusto del enebro destilado, consumió la energía de su avezado editor, que tras la exitosa publicación del libro debió renunciar a la profesión de sus sueños. Huelga decir que desde entonces son pocas las editoriales que arriesgan a trabajar con él. Hoy día, sobrevive escribiendo poesías en servilletas y tapas de yogures e interpretando predicciones del I-Ching.

Impulsados por los célebres editores Thompson, recientemente, los HH. O’Kamark se han embarcado en un proyecto de hondo calado para el sello Ginger Ape Books&Films.