Nuestros autores
Peter Jaroš
(Hybe, Eslovaquia, 1940)
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BIO
Peter Jaroš (1940) es uno de los autores eslovacos modernos más prolíficos y versátiles. Formó parte de la «generación de los sesenta», que rechazó la rigidez de la ortodoxia estética a favor de la «literatura de la vida cotidiana». Estudió ruso y eslovaco en la Universidad Comenius de Bratislava (1957-1962), para luego trabajar como periodista y colaborador en la radio eslovaca. A comienzos de los sesenta, empezó a publicar sus primeras obras, manifiestamente experimentales, debutando en 1963 con la novela breve Una tarde en la terraza, a la que siguieron Hazme un mar (1964) y la más extensa El espanto (1965). Vinieron después La balanza (1966) o Peregrinaje a la quietud (1967), en las que los críticos reconocieron la influencia formal del Nouveau roman francés. Inició la década de los setenta con el éxito del relato humorístico Pacho, el bandido de Hybe (del que se hizo una conocida versión cinematográfica en 1975), que puede considerarse un antecedente directo de su gran novela, La abeja milenaria (1979). Desde 1972 compaginó su faceta como narrador con su desempeño como guionista en la compañía estatal de Cinematografía Eslovaca. Durante 1992-1994 fue miembro del Parlamento eslovaco. Ninguno de sus títulos, a excepción del presente, ha sido traducido y publicado en España.
Ernst Weiss
(Brno, actual Rep. Checa, 1882 - París, 1940)
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BIO
Ernst Weiss (Brno, actual República Checa, 1882 - París, 1940) fue un médico y escritor checo en lengua alemana de ascendencia judía. Cursó Medicina en Praga y Viena, donde en 1908 culminó sus estudios y primeramente ejerció como cirujano. En los años siguientes también lo haría en Berna y Berlín. Retornó esporádicamente a Praga, donde entabló amistad con algunos conocidos miembros del círculo literario del café Arco, señaladamente con Franz Kafka, quien dedicó a Weiss numerosas entradas en sus Diarios. Durante la Gran Guerra, sirvió como médico de regimiento en el frente oriental. En 1921 abandonó la medicina y se trasladó a Berlín para dedicarse por entero a la escritura. Allí alcanzó rápido renombre y sus obras conocieron las prensas de Kurt Wolff, el prestigioso editor alemán de Kafka y otros grandes de la literatura europea de Entreguerras. En 1933, tras el incendio del Reichstag, Weiss, como tantos otros de sus compatriotas y correligionarios, abandonó Berlín. Primero se dirigió a Praga, donde permaneció al cuidado de su madre, gravemente enferma. Tras su fallecimiento en 1934 marchó a París. Su postrera etapa en la capital francesa estuvo marcada por la penuria, aunque también por el alumbramiento de algunas de sus obras más geniales: El médico de la prisión y El testigo ocular. El 14 de junio de 1940, coincidiendo con la entrada de los nazis en París, Ernst Weiss –como más tarde harían Benjamin en Portbou y Zweig en Petrópolis– decidió poner fin a su vida. Ingirió veneno en su habitación del hotel Trianon y murió de resultas en el hospital al día siguiente. También como Benjamin, dejó atrás una maleta con sus últimos escritos, leitmotiv empleado por Anna Seghers en Tránsito, su imprescindible novela sobre los exiliados del nazismo, en la que Weiss asume la identidad de Weidel, un escritor hallado muerto en un hotel del Quartier Latin el mismo funesto día, quedando huérfanos gran cantidad de textos, entre ellos, una novela manuscrita.
Magdalena Parys
(Gdansk, Polonia, 1971)
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BIO
Magdalena Parys (Gdansk, 1971) es escritora y periodista. Nacida en Polonia, emigró a Alemania con 12 años, donde reside desde entonces. Graduada en Filología Polaca y Pedagogía en la histórica Universidad Humboldt de Berlín, escribe tanto en polaco como en alemán, lenguas con las que colabora en cabeceras como Gazeta Wyborcza, Dialog, Stuttgarter Zeitung, Wysokie Obcasy y Marianne en Francia. Además, es la fundadora de la revista de literatura polaco-alemana Squaws. Debutó como novelista en 2011, con Tunel, que recibió la mención Ópera prima del año en Polonia y pronto conoció numerosas ediciones y una primera traducción al francés. En 2014 publicó Magik (Mago), primer volumen de la Trilogía de Berlín, a la que le siguió en 2016 Biala Rika (Rika blanca), para firmar en 2020 Ksiaze (El príncipe), segundo volumen de la trilogía berlinesa del comisario Kowalski y hasta ahora su última novela. Los libros de Magdalena Parys han sido traducidos a numerosos idiomas, y más en particular Mago, ganador del European Union Prize for Literature 2015 y que cuenta con ediciones en Francia, Italia, Alemania y ahora España.
Lin Shu
(Fuzhou, Fujian, 1852 - Pekín, 1924)
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BIO
Lin Shu nació en 1852 en el seno de una modesta familia de comerciantes en la provincia de Fujian. Entre 1856 y 1866 se dedicó al estudio de los clásicos, completando su educación de forma autodidacta. En 1882 obtuvo el título de «Graduado provincial» (juren). Entre 1884 y 1895 se unió a otros letrados para realizar diversas actividades políticas. Junto a su amigo Wang Shouchang (1862?-1925) tradujo a lengua clásica (wenyan) La dama de las Camelias, de Alejandro Dumas hijo (1824-1895). Comenzó entonces su fama y Lin Shu se trasladó primero a Hangzhou y después a Pekín, donde en 1903 fue contratado por el Instituto de Traducción de la Academia Imperial —la que habría de convertirse en la Universidad de Pekín—. Ocupó distintos cargos académicos, compaginándolos con su tarea de traductor, mientras el imperio se venía abajo y se proclamaba la República. En 1912, tras algunos conflictos con la nueva administración, renunció a su cargo, algo que imitarían otros colegas partidarios como él de la enseñanza en lengua clásica. En 1922, dos años antes de su muerte, publicó su traducción de la primera parte del Quijote, Moxia Zhuan (Historia del Caballero Encantado), obra que presentamos en este volumen retraducida al español.
Ernst David Kaiser
(Viena, 1911 - Reading, Gran Bretaña, 1972)
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BIO
Ernst David Kaiser, traductor y escritor, descendiente de una familia de comerciantes judíos, nació en Viena en 1911. Pasó sus primeros años en la capital austriaca, donde completó el servicio militar y estudió Lengua y Literatura Alemanas. Previo a doctorarse, tras la anexión de Austria por el Reich alemán en 1938, Kaiser, como tantos otros de sus compatriotas, especialmente judíos, tuvo que huir y exiliarse. Tomó entonces por destino Inglaterra, embarcando en un puerto polaco rumbo a Southhampton. En 1941 se casó con Eithne Wilkins, germanista, traductora y poetisa neozelandesa, docente en la Universidad de Londres. Obtuvo la ciudadanía inglesa y se alistó voluntario en el ejército británico, donde sirvió durante casi seis años. De esta experiencia, más tarde diría que «luchó contra Alemania por Alemania».
Publicó su primer libro, Schattenmann (El hombre de la sombra), en 1946, en la editorial Hans Duve de Hamburgo, ciudad en la que entonces ejercía como intérprete, todavía en servicio activo en el ejército. En 1947, ya en Londres, intentó sin éxito publicar su novela Historia de un homicidio, un exigente ejercicio literario de más de 1000 páginas bien diferenciado en dos partes. Ante las insistentes negativas, el afamado escritor Hermann Broch, que terció incansable por su publicación, se propuso crear una biblioteca donde preservar todos aquellos manuscritos que, por razones totalmente ajenas a lo literario, era imposible publicar en aquellos momentos. «De lo contrario, el manuscrito se perderá tarde o temprano. Y es justo eso lo que hay que evitar».
Junto con su esposa, se destacaron como traductores de prestigio: la sociedad Kaiser-Wilkins vertió al inglés las obras de los más prestigiosos escritores en lengua alemana de su tiempo, entre los que se contaban Robert Musil (a quien consagraron el ensayo Robert Musil: Eine Einführung in das Werk), Franz Kafka, Ingeborg Bachmann, Lion Feuchtwanger u Oskar Kokoscha.
Ernst Kaiser falleció en Reading, Gran Bretaña, el 1 de enero de 1972. Dos años después le seguiría Eithne Kaiser-Wilkins. La mayor parte de sus manuscritos se perdió tras su muerte. Afortunadamente, en 2004 se encontró un ejemplar de Historia de un homicidio como parte de un legado depositado en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach, que la editorial Ralf Liebe publicó con título homónimo en 2010 (con la primera parte, «La casa grande»). El resto del archivo literario recuperado de Kaiser cuenta con abundante correspondencia, manuscritos inéditos y la segunda parte de Historia de un homicidio («La casa blanca»), y se encuentra actualmente bajo custodia de una sobrina de Eithne Wilkins en Londres.
Rudi Erebara
(Tirana, Albania, 1971)
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BIO
Rudi Erebara (Tirana, 1971) es pintor, poeta, novelista y traductor. Antes de dedicarse a tiempo completo a la escritura se graduó en la Academia de Bellas Artes de Tirana y ejerció como analista político, periodista y editor en varias cabeceras de prensa. Es autor de los libros de poesía Fillon Pamja (Donde comienza la vista, 1994), y Lëng argjendi (Zumo de plata, 2013); de las novelas Vezët e thëllëzave (Huevos de codorniz, 2010), y, especialmente, La épica de las estrellas matutinas (2016), ganadora del European Union Prize for Literature 2017 y traducida al ruso, griego e italiano. En su faceta como poeta y traductor, ha recibido los siguientes premios y galardones: ganador del Poema del Año (1991), distinción concedida por la Universidad de Tirana; del concurso nacional de poesía Migjeni (1993 y 1996), organizado por la Fundación Soros de Albania; y del Premio 8 de diciembre (1992); galardonado asimismo como Traductor del Año en 2012, por la versión albanesa del libro de poesía The Wind Is My Savior de A. R. Ammons, premio fallado por el jurado de la 15ª Feria del Libro de Tirana; y como Traductor del Año en 2013 y 2015, por sus versiones al albanés de Un mundo feliz de Aldous Huxley y Moby Dick de Herman Melville, ambos galardones concedidos por la Academia de Cultura de Albania.
Andreas Bellasi
(Zúrich, 1951 - Graubünden, 2013)
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BIO
Estudió Periodismo y Didáctica del Lenguaje en Zúrich y se formó en Biblioteconomía y Documentación en Berna. Recibió diferentes galardones por su obra literaria y periodística, entre otros, el Ostschweizer Medienpreis (2001) y el Bündner Literaturpreis (2006). Escribió reportajes para algunas prestigiosas revistas suizas: Du, Zeitmagazin, Das Magazin, Merian y NZZ-Folio (suplemento mensual del diario Neue Zürcher Zeitung). Autor de diversas obras de no ficción: Vom Kraut zum höchsten Glück (1993), Alsleben, alias Sommerlad; Liechtenstein, die Schweiz und das Reich (1997, con Ursula Riederer), Lilly Keller, Das Leben. Das Werk (2010, con Ursula Riederer) y editor de la antología Höhen, Tiefen, Zauberberge. Literarische Wanderungen in Graubünden (2004), su novela Borromini fue publicada en Suiza en 1997.
Sarah Kofman
(París, 1934 -1994)
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BIO
La filósofa, escritora y profesora universitaria de origen judío Sarah Kofman (París, 1934-1994), discípula de Derrida y gran estudiosa de la obra de Nietzsche y Freud, dedicó su vida a pensar, desde la escritura y dentro de la corriente filosófica que dio en llamarse deconstrucción, algunos de los principales temas de su tiempo, desde el Holocausto nazi hasta el feminismo. Los Autobioarañazos del gato Murr se inscriben en una línea de trabajo que plantea el problema de la escritura a partir de la reflexión de textos literarios anteriores; una línea que se sitúa a medio camino entre la interpretación textual, la crítica literaria, la filosofía del lenguaje y la escritura de creación.
Friedrich Glauser
(Viena, 1896 - Nervi, Génova,1938)
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BIO
«¿Datos es lo que quiere usted? Pues aquí tiene: nací en Viena en 1896, de madre austríaca y padre suizo. Abuelo por parte paterna, buscador de oro en California (sans blague), por parte materna, consejero áulico (una buena mezcla, ¿eh?). Primaria, tres cursos de secundaria en Viena. Luego 3 años en la escuela rural de Glarisegg. Luego 3 años en el College de Génève. Expulsado de allí poco antes de acabar el bachillerato por escribir un artículo sobre un volumen de poemas de un profesor mío. Selectividad cantonal en Zürich. Un semestre de la carrera de Química. Luego dadaísmo. Mi padre quiso que me internaran y me pusieran bajo tutela. Fuga a Ginebra. El resto puede leerlo en el relato Morfina. Internado un año (1919) en Münsingen. Fuga de allí. 1 año en Ascona. Detención por morfina. Repatriación. 3 meses en el hospital psiquiátrico de Burghölzli (con diagnóstico contrario porque en Ginebra me habían declarado esquizofrénico). De 1921 a 1923 en la Legión Extranjera. Luego en París, plongeur. Bélgica, en las minas de carbón. Posteriormente de enfermero en Charleroi. Otra vez la mo[rfina]. Internado en Bélgica. Repatriado a Suiza. 1 año por lo administrativo en el penal de Witzwil. Después 1 año de ayudante en un plantel. Psicoanálisis (1 año) mientras trabajaba nuevamente de ayudante en un plantel en el hospital psiquiátrico de Münsingen. De jardinero a Basilea, luego a Winterthur. En este época escribí la novela sobre la Legión (1928/29), 30/31 un curso anual en la escuela de jardinería de Oeschberg. En julio del 31, más psicoanálisis. De enero a julio del 32 en París como ‘escritor autónomo’ (como se dice con expresión tan linda). A Mannheim a ver a mi padre. Arrestado allí por falsificación de recetas. Repatriado a Suiza. Internado desde julio del 32 a mayo del 36. Et puis voilà. Ce n’est pas très beau…», Carta de Friedrich Glauser a Josef Halperin, 15 de junio de1937 [apud Jorge Seca, «Friedrich Glauser, el pionero atormentado de la novela negra», Magazin. Revista de Germanística Intercultural, 17 (2006), pp. 72-75].
José Nieto Jiménez
(Jaén, 1939-2005)
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BIO
«Nací en Jaén en 1939; no sé cuando moriré, y por eso no lo consigno: si la edad se contara al revés, ahora podría saber cuántos años me quedan de vida. (Pero ignoraría la fecha de mi nacimiento: de cualquier modo que se mire, la vida es un lío).
»He conocido cuatro papas y un intento; he emborronado muchas cuartillas, y entre ellas es posible que se encuentre perdido algún poema. Aquí tenéis algunas de los diez o doce últimos años; con suerte, puede que encontréis alguno.
»Como pudoroso intento de “striptease”, no está mal lo anterior. Lo que sigue es menos pudoroso».
Nikos Kazantzakis
(Heraclión, 1883 - Friburgo, 1957)
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BIO
Nikos Kazantzakis nace en Heraclión, Creta, en 1883. En 1907, se traslada a París, donde se sumerge en el estudio de Nietzsche, recibe las enseñanzas de Henri Bergson y concluye su doctorado en Derecho. Novelista, poeta, dramaturgo, escritor de viajes y traductor, entre sus obras más conocidas se cuentan Zorba el griego, La última tentación de Cristo, Odisea, una secuela moderna o Lirio y serpiente. Nominado en múltiples ocasiones al Nobel, comparte su actividad filosófico-literaria con el activismo político. Muere en octubre de 1957 en Friburgo de Brisgovia, Alemania.
«Puede situarse junto a los gigantes del siglo XIX, con Tolstói, Dostoievski y Nietzsche, con todos los cuales comparte afinidades» (Colin Wilson).
«Con su muerte, desaparece uno de nuestros últimos grandes artistas. Soy de los que sienten y seguirán sintiendo el vacío que ha dejado» (Albert Camus).
«Entre Kazantzakis y su obra existe una total identificación. Ya fuera que lo tratases personalmente o lo leyeses, sacabas siempre la misma impresión. Lo que sorprende en su obra también sorprende en su vida. Y lo que es más destacable, su vida, su obra vital es equivalente en originalidad, gusto y severidad a su obra literaria» (Eli Alexíu).
Heriberto Frías
(Querétaro, 1879 - México DF, 1925)
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BIO
Heriberto Frías (Querétaro, 1870 – México DF, 1925), periodista y escritor, testigo y partícipe de la vida política y social del México revolucionario, nació en el seno de una familia de clase media queretana, numerosísima de profesionales y hombres de letras (su tío Hilarión gozaba de gran fama como periodista, crítico e historiador). Pronto el núcleo familiar se trasladó a la capital federal, en busca de una vida mejor y al objeto de proveer el tratamiento médico del patriarca, militar retirado al que aquejaban graves problemas de salud, y que finalmente murió en 1884, cuando Heriberto apenas se había iniciado en la Escuela Preparatoria. Empobrecida la familia, Frías se vio obligado a interrumpir su formación reglada y trabajar como repartidor de periódicos. Entregado por las noches al estudio y la lectura, fue entonces que desarrolló la afección ocular que arrastraría en vida, al punto de llegar a morir casi ciego, y que conoció los sinsabores de una existencia de miseria (llegando a pasar ocho meses en el presidio de Belem acusado de robar cinco pesos a su patrón). A fin de solventar los problemas económicos familiares y satisfacer sus ambiciones académicas, ingresó en 1887 en el Colegio Militar de Chapultepec. Sin embargo, las dificultades financieras se agravaron, y antes de concluir sus estudios, resolvió alistarse como oficial en el 9º de Infantería. Enviado a Tomochic en 1892, su Batallón participó de la aniquilación de este remoto poblado rebelde, cruel episodio que marcaría por entero su vida. Finalizada la campaña, sufrió una profunda crisis emocional y se entregó a la bebida (problema que episódicamente reaparecería; y al que con el tiempo sumaría el consumo de opio y marihuana). Trató no obstante de enfrentar sus frustraciones personales y sociales mediante la redacción de las crónicas noveladas de Tomochic, que en 1893 serían publicadas por entregas en el periódico de oposición El Demócrata. Encarcelado y juzgado por un tribunal militar, escapó casi por milagro del fusilamiento, si bien no pudo evitar el licenciamiento. Tras un breve paso por la revista Gil Blas, a principios de 1895 entró a formar parte de la redacción del renacido diario El Demócrata. Fue entonces que comenzó a vivir –a su decir autobiográfico– su tragicomedia de bohemio periodista rebelde, pasando de las redacciones a las cárceles, de las cárceles a las tabernas (y a los burdeles, podríamos añadir) y de las tabernas a los hospitales. Durante aquellos días conoció las tribunas de la Revista Moderna, El Mundo Ilustrado, El Combate y El Imparcial. En 1906, por invitación del periodista y político José Ferrel, antiguo director de El Demócrata, se trasladó a Mazatlán, en la costa del Pacífico, donde se hizo cargo del acreditado periódico El Correo de la Tarde, empleando aquella palestra para dar rienda suelta a la polémica y adquiriendo gran fama como orador y periodista de oposición. No debe extrañar pues que su labor literaria recoja por igual la objetividad y el oportunismo periodísticos, amén de un marcado reflejo de la injusticia social. Por lo demás, fueron años fructíferos, que más tarde recordaría con cariño, en los que pudo encontrar un marco adecuado para el desarrollo de su faceta más literaria. Con todo, la disidencia política y la convulsión que a la sazón vivía el país le obligaron a escapar de la ciudad costera y retornar al Distrito Federal, donde se adscribió al proyecto antireeleccionista y armado de Francisco I. Madero. Tras el triunfo de Madero y la renuncia del general Díaz, Frías fue nombrado Subsecretario de Relaciones Exteriores. Pero los acontecimientos de la Decena Trágica le obligaron nuevamente a huir. Se instaló en Hermosillo, donde dirigió el periódico constitucionalista La Voz de Sonora (contrario al usurpador Huerta). Ya en 1914, lo encontramos dirigiendo La Convención, supremo órgano de la asamblea revolucionaria congregada en la ciudad de Aguascalientes, a la que acompañó en su traslado a San Luis de Potosí y más tarde a la capital federal. Sin embargo, los complejos avatares de la revolución mexicana le pasarían factura. La victoria electoral de Carranza (1917) trajo para Frías el encarcelamiento por delito de rebelión y la condena a muerte. Salvó la vida in extremis y abandonó momentáneamente la vida política. Solo tras la caída de Carranza y el acceso al poder de Álvaro Obregón, que conciliaría a los diversos caudillos revolucionarios, Frías volvería a la tribuna política. En 1920 fue nombrado cónsul de México en Cádiz, retornado al país tres años después; agravados sus problemas visuales, padecía ya una ceguera casi total. Murió finalmente en 1925. Su obra literaria es vastísima y contiene entre otros destacados títulos: ¿Águila o sol?; El amor de las sirenas; El triunfo de Sancho Panza; Los piratas del boulevard. Desfile de zánganos y víboras sociales y políticas en México; Miserias de México; Álbum histórico popular de la Ciudad de México.
Ismael Diadié Haïdara
(Tombuctú, 1957)
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BIO
15 de marzo de 1957: Nace en Tombuctú.
1977-1981: Estudia Arte Dramático en el INA (Institut National des Arts) de Malí.
1981-1982: Funcionario del Ministerio de Cultura de Malí, en el Departamento de Artes y Letras.
1982-1984: Trabaja en la Dirección Regional de Deportes, Artes y Cultura de Tombuctú.
1984: Trabaja en el CEDRAB (Centre de Documentation et de Recherche Historique Ahmed Baba) en Tombuctú.
1987-1989: Inicia sus estudios de Filosofía en la Escuela Normal Superior de Bamako (ENSUP).
1988: Invitado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España para impartir un ciclo de conferencias en España.
1989: Becado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España en la Escuela de Traductores de Granada.
1990: Inicia los estudios de Biblioteconomía en Granada.
1991: Funda la ATAMIM (Asociación Tombuctiana de Amistad con el Mundo Ibérico y el Magreb).
1993: Funda, con los franciscanos de Granada, la asociación Home Fray Leopoldo en Tombuctú para asistir a los niños huérfanos.
1996: Funda la Asociación Zakhor para la salvaguarda del patrimonio judío en la Curva del Río Níger.
1999: Hace pública la existencia de los manuscritos de la familia Kati.
2000: Funda la Biblioteca Fondo Kati.
2000: Crea la Asociación Fondo Kati para la salvaguarda de los manuscritos del Fondo Kati.
2000: Lanza en el diario ABC, con José Ángel Valente, el Manifiesto para la Defensa del Fondo Kati.
2003: Se inaugura la Biblioteca Andalusí 'José Ángel Valente' de Tombuctú, financiada por la Junta de Andalucía.
2006: Organiza una distribución de alimentos en Tombuctú (1600 toneladas de arroz, harina de trigo y leche) en colaboración con la Junta de Andalucía.
2010: Organiza una exposición de manuscritos del Fondo Kati en Bamako para celebrar la presidencia española de la Union Europea.
2011: Organiza, con el premio Nobel Desmond Tutu, la Oración Internacional para Tombuctú.
2012: Ocupación de Tombuctú por los islamistas y los rebeldes tuaregs del MNLA.
2012: En abril, inicia la dispersión del Fondo Kati.
2012: Se exilia en España, pasando antes por Basilea.
2014: Recibe la Medalla de Oro de la ciudad de Toledo.
2014: Discurso de Tarifa para la celebración del Día de Andalucía.
2014: Recibe la Medalla de la ciudad de Tarifa.
2015: Miembro de la Fundación Gandhi, la Fundación Nelson Mandela y del Sites of Conscience de Nueva York.
Rodolphe Töpffer
(Ginebra, 1799-1846)
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BIO [Extracto de la introducción de Rubén L. Conde a la presente obra].
Hijo del pintor y caricaturista Wolfgang-Adam Töpffer, Rodolphe nació en la próspera y cosmopolita Ginebra a comienzos del año 1799. Disfrutó de una infancia sana y feliz, siguiendo la afectuosa guía de su padre, que le inclinó hacia el estudio de las artes. Durante su adolescencia, llegó a conocer y apasionarse por la obra de William Hogarth, que le causó una honda impresión («las expresiones de crimen y virtud que este moralista pintor grababa enérgicamente en los rostros de sus personajes suscitaron en mí esa atracción mezcla de turbación que un niño prefiere a cualquier otra cosa») y le inició, a su propio decir, en el placer de la observación de los hombres, todo lo cual resultaría determinante en su carrera como historietista. En 1816, terminó sus estudios secundarios en el Collége de Ginebra; fue entonces que se manifestó la enfermedad ocular que a la postre le impediría seguir los pasos de su padre (y que heredaría de su madre, aquejada igualmente de problemas en la visión y que murió ciega). En 1819, viajó a París en compañía de algunos de sus amigos; durante su estancia, que se prolongó por espacio de varios meses y en la que consultó a algunos reputados especialistas en oftalmología, asistió a diferentes cursos y frecuentó los ambientes artísticos de la capital francesa. Con todo, sus problemas oculares se recrudecieron; y a su retorno a Ginebra, ya en 1820, decidió, con gran pesar, renunciar a su carrera como pintor, iniciándose en el estudio de las letras. Liberado del servicio militar a causa de su enfermedad, en 1822, ingresó como profesor asistente en una institución privada, impartiendo clases de Latín, Griego y Literatura Antigua, y efectuando, a la sazón, sus primeras travesías alpinas al frente de sus escolares (de gran importancia posterior). Hacia finales de 1823 contrajo matrimonio con Anne-Françoise Moulinié; fruto de esta unión nacerían seis hijos (dos de los cuales, gemelos, apenas vivirían un mes). La cuantiosa dote de su mujer le permitió fundar, un año más tarde, un distinguido pensionado para jóvenes, en su mayor parte extranjeros (procedentes de familias acomodadas, que deseaban para su hijos una educación cualificada), que dirigió hasta poco antes de su muerte, acaecida en 1846. Entretanto, publicó su primer ensayo, Harangues politiques de Démosthène, sentando plaza de clasicismo e inaugurando su muy fecunda carrera como escritor (cultivando casi todos los géneros y subgéneros literarios: ensayo, teatro, novela, relato, relación de viaje, epístola, crítica artística, opinión periodística y, cómo no, cómic). A partir de 1825, habituó realizar, durante los períodos vacacionales, largas excursiones con sus pupilos a través de los Alpes suizos, franceses e italianos; viajes que le procuraron abundante material para su exitosa serie de relaciones ilustradas Voyages o Voyages en zigzag, y que desde entonces, y hasta 1842, produjo a un ritmo de casi dos obras por año. En 1827, dibujó la primera de sus histoires en images: Les amours de Monsieur Vieux Bois. Esta historieta, y la mayor parte de las que le siguieron (creadas entre 1827 y 1831), surgieron para divertimento de sus alumnos y allegados, que las recibieron con delectación y contribuyeron a su estímulo, si bien, por causas que nos parecen justificadas, Töpffer evadió su inmediata publicación, que solo formalizó pasados unos años (diez, en el caso de Vieux Bois). Entretanto, circularon algunas copias de su mano, como las que hacia finales de 1831, Fredéric Soret, amigo de Rodolphe y preceptor de los hijos del Gran Duque de Sajonia-Weimar-Eisenach, hizo llegar a un ya anciano Goethe. Sería la cálida y favorable acogida dispensada por el genio alemán, publicada post mortem en el diario Kunst und Alterthum, lo que sin duda llevaría a Töpffer a replantear su postura; con todo, el suizo prefirió mantener una cierta distancia respecto de la paternidad de sus álbumes, limitándose en vida a firmarlos con sus iniciales o empleando el pseudónimo Simon de Nantua. Sea como fuere, a su efectiva publicación también coadyuvó una innovación técnica: la autografía, un novedoso procedimiento litográfico (que Töpffer encomió con su habitual sarcasmo –uno de esos descubrimientos que han cambiado la faz del universo y el devenir de la humanidad–, y sobre el que incluso llegó a teorizar), que le permitía volcar directamente sus dibujos del papel a la piedra, todo a bajo coste, sin participación de terceros (caso del artesano al que se confiaba el proceso y que reinterpretaba las imágenes del autor), sin inversión especular (como ocurría con la litografía) y sin menoscabo alguno de la vibrante riqueza de su trazo (pudiendo conservar los textos manuscritos y evitando de este modo el recurso a los tipos de imprenta). Fue así que en 1833 vio la luz la primera de esas histoires: Monsieur Jabot, obra autoeditada (con una tirada inicial de 800 ejemplares; y para la que escogió un formato oblongo; el mismo que explotaría, casi tres cuartos de siglo después, la tira cómica) y a la que el proceso autógrafo aportó unidad visual y psicológica en su naturaleza mixta...
Puede leer el artículo completo en: Artículo PDF (Introducción a TÖPFFER)
Michael Muhammad Knight
(New York, 1977)
En nuestras colecciones:
BIO
Nacido en Nueva York, en 1977, Michael Muhammad Knight creció en el seno de una familia católica de origen irlandés. A los 16 años, tras leer la biografía de Malcom X –a quien había descubierto a través de las canciones de Public Enemy- decidió convertirse al Islam. Un año más tarde, viajó a Islamabad (Pakistán) para estudiar en la mezquita de Faisal. En esta ciudad no solo conoció su nueva religión, sino también la realidad del islamismo militante: contactó con refugiados afganos y somalíes y a punto estuvo de unirse a la guerrilla chechena. Cambió, no obstante, de opinión y al tiempo regresó a los Estados Unidos. Pronto comenzó a cuestionar la ortodoxia musulmana, sus restricciones y rígidas doctrinas, y fue así que nació The Taqwacores, novela fundacional e incendiario manifiesto del movimiento punk islámico; y la que entonces fue la fantasía de un preclaro novelista en ciernes, hoy es el provocativo escenario vital de muchos jóvenes musulmanes; apreciada guía espiritual y reverenciado objeto de culto –si acaso cabe en la iconoclasia punk o musulmana- para sus nuevas y más rebeldes generaciones (especialmente –aunque no solo-, para las nacidas en Occidente, sumidas en las irresolubles contradicciones de su doble ascendente cultural). No es de extrañar pues que The Taqwacores haya sido considerada El guardián entre el centeno de la juventud islámica (The New York Times); y que su autor haya sido indistintamente comparado (por esta o posteriores obras) con Jerome D. Salinger, Hunter S. Thompson o Jack Kerouac.
Louis Raemaekers
(Roermond, 1869 – La Haya, 1956)
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BIO [Extracto de la introducción de Rubén L. Conde a la presente obra].
Una cita puede ser suficiente para dar una dimensión aproximada de la figura que aquí nos atañe: «Fue el único particular que ejerció una gran y efectiva influencia en el transcurso de la guerra de 1914-1918. Obviamente, hubo una docena de hombres, entre emperadores, reyes, jefes de Estado y comandantes en jefe, que formalizaron sus políticas y guiaron sus acontecimientos. Pero al margen de este círculo de grandes, Louis Raemaekers se distinguió felizmente por ser la única persona que, sin la asistencia de un título o cargo, influyó indudablemente en el destino de los pueblos». Así decía el obituario del London Times a la muerte, en julio de 1956, del otrora afamado viñetista y caricaturista holandés Louis Raemaekers (Roermond, 1869 – La Haya, 1956); y a fe cierta que no era una apreciación caprichosa o lisonjera, pese a que su nombre y su obra eran ya tan lejanos como los lúgubres acontecimientos que le habían dado fama. Antes al contrario, Raemaekers no solo registró con trazo firme e indeleble la historia de la Gran Guerra («el único hombre que ha sido capaz de inmortalizarla», a juicio temprano del Kansas City Star), sino que fue a su vez parte activa y determinante en la contienda, aunque no como héroe de las trincheras y sí como adalid —lápiz en ristre— de los más altos valores del hombre. Y así lo viene a confirmar la autorizada pluma del entonces ex presidente norteamericano Theodore Roosevelt: «sus viñetas son la más poderosa contribución de un neutral a la causa de la civilización durante la Guerra Mundial». Y es que los elocuentes dibujos de Raemaekers, cargados de sátira y desdén, rebosantes de acusadora crueldad o despiadada denuncia, palpitantes de rabiosa aflicción o emotiva ternura, y siempre indefectiblemente impactantes, calaron tan hondo en los ánimos de cuantos los conocieron y contemplaron —y se cuentan por millones—, se fijaron con tal fuerza y viveza en el imaginario colectivo, que a nadie dejaron indiferente...
Puede leer el artículo completo en: REVISTA FRONTERA D.
Edmond About
(Dieuze, 1828 - París, 1885)
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BIO
Edmond François Valentin About nació en Dieuze, en el departamento de Mosela, en la región de Lorena, el 14 de febrero de 1828. Tras pasar sin gloria por el seminario local (del que sería expulsado), cursó brillantes estudios en París, primero en el Liceo Carlomagno y más tarde en la Escuela Normal Superior, establecimiento este que compartió con otras destacadas figuras de las artes y las letras del siglo. Una beca le llevó a Grecia como pensionado de la Escuela de Atenas; corría el año 1851. No encontró interés, sin embargo, en el estudio de la arqueología (al que estaba orientado el centro), y tras un tiempo, marchó a Roma. A su regreso a París, ya en 1853, abandonó decididamente la carrera de la enseñanza –a la que estaba abocado– y se decantó por las letras. Como periodista colaboró –ya fuera con artículos de opinión, crónicas de sociedad, críticas de arte, seriales novelísticos, o incluso como corresponsal de guerra– en diversas publicaciones de prestigio: Le Figaro, Le Moniteur, Le Soir, Le Constitutionnel, Le Gaulois, L’Opinion nationale o Le XIXe siècle (rotativo radical del que sería fundador y editor). Lo intentó asimismo con el teatro, si bien tras algunos tropiezos refrenó esta ambición. Mordaz, burlón, descreído, polémico e iconoclasta –no en vano sería conocido con el sobrenombre de Petit Voltaire–, escribió ensayo y crítica artística, obteniendo igual número de logros que de querellas. Entre su producción destaca: La Grecia contemporánea (1854), fruto de la experiencia acumulada durante su soggiorno ateniense; La cuestión romana (1859), despiadada invectiva contra el poder temporal de la Iglesia; Alsacia (1872), en la que se refirió a la cuestión de la unificación alemana (escrita tras ser encarcelado durante un viaje por la región acusado de ultraje al Emperador); o sus muy diversas relaciones de los Salones y Exposiciones del bullente París de las Artes. En cualquier caso, fue en el campo de la narrativa donde cosechó sus mayores éxitos. De entre su prolífica obra conviene referir: Tolla (1855), considerada la mejor de sus novelas, y que ejerció una notable influencia sobre el escritor Henry James; El rey de las montañas (1857), burlesco acercamiento al mito romántico del pallikare, el héroe guerrillero griego; El hombre de la oreja rota (1872), sorprendente pieza de protociencia-ficción en la que fantaseó con la criopreservación humana; La nariz de un notario (1872), objeto de la presente edición; o Historia de un hombre honesto (1880), cautivadora estampa de la virtud burguesa durante los días revolucionarios. El éxito de estas obras y un estilo limpio, conciso e incisivo le valieron toda suerte de distinciones: caballero de la Legión de Honor, presidente de la Société des Gens de Lettres (1877-1880 y 1881-1884) y miembro electo de la Academia Francesa (1884). Murió el 17 de enero de 1885, cuando solo contaba 57 años. Sus restos reposan en el cementerio de Père-Lachaise.
Lorenzo Bello Trompeta
(Alba de Tormes, 1874 – Barcelona, 1938)
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BIO
Escritor, traductor y publicista. Hermano del también escritor y eminente político Luis Bello. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid entre 1893 y 1894. Poco tiempo después, en 1898, se hallaba en las Filipinas, tomando parte en los trágicos sucesos de Cavite y Manila (se desconoce si movilizado o alistado voluntario; los documentos lo refieren como sargento de la Guardia Rural). Apresado por los insurrectos filipinos y libertado meses más tarde por el ejército estadounidense, el 16 de enero de 1900 retornaba a la madre patria a bordo del vapor León XIII (en Barcelona lo aguardaba su hermano Luis, que desde la tribuna de El Heraldo de Madrid lanzaba duras invectivas contra el gobierno español y su gestión de la crisis de colonias). Con todo, Lorenzo debió gustar de aquel paraíso de Indias, al que pronto regresó y del que hizo su hogar durante casi veinte años (ahora como residente de la flamante colonia americana). En 1903, se hallaba en Cagayán, trabajando para la Compañía General de Tabacos de Filipinas, pujante empresa barcelonesa fundada por el marqués de Comillas tras la caída del monopolio estatal sobre el tabaco filipino. Fue entonces que debió frecuentar los círculos literarios e intelectuales de la comunidad hispanoparlante. En 1910, el escritor y político Claro M. Recto, de ilustre nombre en aquellas tierras, le dedicaba uno de sus más conocidos poemas, Sueño de Navidad; ya por entonces Lorenzo se hacía llamar Palmerín, pseudónimo con el que firmaría muchos de sus artículos filipinos. Escribió para algunos importantes medios locales: el decenario ilustrado Excelsior (conocida es su loa al poeta español Salvador Rueda, al que tuvo oportunidad de conocer en 1915, en el transcurso de una de sus visitas al archipiélago); o el periódico anual ilustrado Día Filipino (que en su número de diciembre de 1915, lo presentaba como español filipinista, denodado, desinteresado e inteligentísimo defensor de los sacros ideales de las islas y sus habitantes, dando honra a su pluma y su persona). Ese mismo año fundaría, con otros importantes españoles e hispanistas, la Institución Cervantina de Manila, consagrada a la propagación de la lengua española. Amante de la aventura y apasionado estudioso de la navegación de Indias, emprendió en junio de 1917 su particular odisea por los mares del mundo. De esta larga travesía, que se extendió por espacio de dos años –con leve interludio en Barcelona– y le llevó de uno a otro confín, resultaron dos obras: un opúsculo publicado en Nueva York y titulado La odisea magállánica. Reseña histórica del primer viaje alrededor de la tierra (1920); y la obra que aquí se presenta, aguda crónica de aquella peregrinación ultramarina, y que en 1919 recibió el plácet para su publicación del mismísimo Ortega y Gasset, por entonces director editorial de la casa Calpe. Durante el tiempo que anduvo en nuestro país a la espera de embarque para las playas filipinas, punto de origen y destino de aquel extraordinario viaje, firmó varios artículos para los medios barceloneses (Revista Los Estados Unidos; Revista Comercial Ibero-Americana Mercurio), departiendo de la guerra o alguna etapa de su periplo; y fue nombrado asimismo delegado de la Casa de América de Barcelona en Filipinas y representante consular ante el gobierno del archipiélago. En cualquier caso, apenas pudo ejercer ambos cargos, pues en agosto de 1919 se hallaba nuevamente en España, a la que retornaba definitivamente tras casi dos décadas de extrañamiento. Se estableció en la Ciudad Condal y siguió trabajando para la CGTF. Desde entonces, escribió numerosos artículos sobre las más diversas materias, llegando incluso a polemizar con los medios más reactivos de la antigua colonia (véase el encendido debate que en 1932 mantuvo con el semanario manileño La Voz Española); y vertió además al castellano la obra Els politics del escritor y político catalanista Lluis Duran i Ventosa. Murió en Barcelona, en noviembre de 1938, en plena Guerra Civil española (aquella que tiró por tierra los sueños y ambiciones de su hermano, su sobrino –que sufriría prisión tras los sucesos revolucionarios de 1934– y los propios). Tan solo contaba 64 años. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Montjuic; una humilde esquela publicada en La Vanguardia a los dos meses de su fallecimiento así lo recordaba.
Luis Antón del Olmet
(Bilbao, 1886 - Madrid, 1923)
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HISTORIAS DE ASESINOS, TAHÚRES, DAIFAS...(2012)
BIO
Periodista y escritor fecundo, fue director de El Debate (1910), El Parlamentario (1914) y la Revista Política, Parlamentaria y Financiera (1921) y colaborador asiduo de los principales periódicos y revistas nacionales. Fundador del movimiento agrarista y anticaciquil Acción Gallega (1910), fue diputado a Cortes por Almería con el Partido Conservador (1914-1916) y en un nuevo giro, intentó la representación por el distrito de Verín con las izquierdas (1918). Gran prosista castizo, gozó de extraordinaria originalidad y fuerza expresiva. Murió en Madrid, en marzo de 1923, a causa del pistoletazo descerrajado por el que fuera su colaborador y amigo Alfonso Vidal y Planas.
Allan Pinkerton
Glasgow, Escocia, 1819 – Chicago, 1884)
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BIO
Antes que el FBI, existía la Agencia Pinkerton; y antes de que existiera Sherlock Holmes, Pinkerton y sus detectives enfrentaban peligrosos criminales y resolvían casos con la misma efectividad y clarividencia que el fabuloso investigador. Allan Pinkerton, el más famoso detective privado de su tiempo, nació en Glasgow, Escocia, en 1819. Siendo aún un muchacho, su padre, un sargento de la policía local, fue herido de gravedad durante una revuelta obrera, perdiendo la movilidad de las piernas y muriendo a los pocos años. En tales circunstancias, Allan debió abandonar la escuela y ayudar al sostenimiento de las cargas familiares. Aprendió el oficio de tonelero, y más tarde, ejerció como artesano independiente. En torno a 1840, se adscribió al cartismo (movimiento de reforma social y agitación de la clase obrera), tomando parte activa en sus violentas protestas. En 1842, sabiéndose perseguido por las autoridades y temiendo su arresto inminente, Pinkerton marchó a Norteamérica. Vivió primero en Montreal y, más tarde, en Chicago, para finalmente establecerse en la pequeña localidad de Dundee, Illinois, donde en 1843 abrió una tonelería. Orgulloso abolicionista, Allan puso sus propiedades al servicio del Underground Railroad, la red secreta de refugios e instalaciones empleada por los esclavos negros para escapar a los Estados libres o Canadá (llegando incluso a dar cobijo a John Brown, el mártir de la causa abolicionista, y once esclavos fugitivos a finales de 1858). En 1847, tuvo lugar un episodio que cambiaría para siempre su vida: buscando madera para la elaboración de toneles en una isla despoblada del río Fox, tropezó con una banda de falsificadores. Escapó sin ser advertido y, tras dar cuenta al sheriff del descubrimiento, colaboró en la detención de la peligrosa banda. Fue así que lo nombraron ayudante del sheriff del condado de Kane, para convertirse, ya en 1850, en el primer detective urbano de la policía de Chicago, trabajando además como agente especial del Servicio Postal estadounidense y colaborando en no pocas ocasiones con el Departamento de Tesoro. Persuadido, no obstante, de las limitaciones que imponía a su causa justiciera un cargo público y de circunscripción local, en 1852, Allan fundó, junto con el abogado Edward A. Rucker, su propia agencia de detectives, la North-West Detective Agency, la primera de su clase en Chicago y una de las primeras a nivel mundial; un año después, sin embargo, se disolvía esta alianza, si bien Pinkerton lograba mantener a flote el negocio e incluso hacerlo prosperar, cerrando a la sazón importantes contratos de vigilancia y protección con algunas de las principales compañías ferroviarias del país (entre otras, la Illinois Central Railroad, que entonces tenía por asistente legal a Abraham Lincoln). Era la época de la gran expansión del ferrocarril, que transportaba a lo largo de un territorio tan vasto como despoblado, fabulosas sumas de dinero, convertidas, por razón de su vulnerabilidad, en objetivo predilecto de los malhechores (recuérdese además que hasta comienzos del siglo XX y la creación del FBI, no existía una fuerza policial que pudiese actuar más allá de las particulares fronteras de cada Estado; pocos eran pues los agentes públicos dispuestos a emprender una investigación que pudiese trascender su jurisdicción, lo que dejaba sin resolución la mayor parte de estos delitos; una laguna que bien supo leer y aprovechar Allan Pinkerton). La feliz resolución de algunos señalados casos de robo le granjeó una anchurosa reputación, y fruto de este rutilante prestigio, nuevos e importantes contratos. En 1861, en el curso de una investigación para la Philadelphia, Wilmington & Baltimore Railroad, descubrió un complot urdido por conjurados sudistas para acabar con la vida del presidente electo Lincoln durante su traslado a la capital para la toma de posesión del cargo. Pinkerton quedó entonces al cargo del desplazamiento presidencial, adelantando varios días el viaje y escoltando triunfalmente a Lincoln desde Harrisburg a Washington D.C. Meses más tarde, y ya en plena Guerra de Secesión, recibió la llamada del presidente para organizar y dirigir el primer Servicio Secreto de los Estados Unidos. A partir de entonces, y durante dos años, Allan Pinkerton, convertido en el mayor E. J. Allen, llevó a cabo labores de espionaje y contraespionaje para el ejército de la Unión. Con todo, en 1863, Allan retornó a Chicago, retomando la práctica privada al frente de la ahora rebautizada Agencia Nacional de Detectives Pinkerton. Durante más de veinte años dirigió con éxito las operaciones de la Agencia (que tenía por divisa un inquietante ojo abierto con el lema we never sleep: nunca dormimos), expandiendo sus oficinas por todo el país y persiguiendo y dando caza a algunas de las más conocidas bandas de forajidos del Oeste americano (entre otros, los James-Younger, los Reno, los Dalton, los Farrington o la banda de Cassady y Sundance Kid… y la nómina no acaba aquí; no es de extrañar pues la reiterada presencia, cuando no el protagonismo, de Pinkerton y sus hombres en un sinfín de películas y dime novels que tienen por escenario el Far West). Tuvo por principales clientes a bancos y compañías del ferrocarril, aunque también procuró protección a empresarios y grandes corporaciones (llegando a actuar contra los intereses de los trabajadores, lo que vino en progresivo detrimento de su imagen). Fue el caso de la desarticulación en 1876-1878 de la organización secreta de mineros pensilvanos Molly Maguires (episodio que sirvió de inspiración a las aventuras de Sherlock Holmes en El valle del miedo), o el del concurso de la Agencia en los terribles sucesos de la gran huelga del ferrocarril de 1877 (con todo, Allan creía sinceramente que la huelga venía en menoscabo de los sindicatos antes que en favor de la causa de los trabajadores; vid. Pinkerton, A., Strikers, Communists, Tramps and Detectives, Nueva York, 1878, prefacio). Al margen de su desempeño profesional, Pinkerton publicó, con gran éxito de ventas, cerca de una veintena de títulos relatando sus propias experiencias detectivescas (o las de sus empleados), obras que avanzaron en el prestigio y la fama de su empresa y que contribuyeron, en alguna medida, a limpiar su nombre e imagen (amén de dar a conocer sus métodos, tan dispares de los transmitidos por las novelas de detectives de la época). De un estilo sencillo y ameno, revisten un carácter fundamentalmente autobiográfico, no exento de fabulación, en los que la crítica ha querido ver la participación de negros (en cualquier caso, transmiten, sin asomo de duda, sus propias vivencias y pareceres). Allan Pinkerton murió en 1884, víctima de las complicaciones causadas por un vulgar accidente (mordió su propia lengua tras un resbalón, lo que le produjo gangrena). A su muerte, la Agencia actuaba, si acaso oficiosamente, como primera fuerza del orden del país. La dirección quedó en manos de sus hijos.
Gabriel Sánchez Ogáyar
(Úbeda, 1964)
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BIO
Este jiennense natural de Úbeda, por su periplo vital y la cantidad y diversidad de oficios ejercidos, podría ser definido sin temor a equivocación alguna como la mano cortada de Blaise Cendrars. Municionista del ejército, vendedor itinerante, aventurero en Las Hurdes buñuelianas, arrojado reportero de varios periódicos, trabajador freelance para distintas cabeceras informativas y, desde entonces, profesional ligado a los medios de comunicación en sus vertientes de cámara de TV, locutor, presentador y director de programación. Como escritor es, hasta el presente, autor de dos novelas: El secreto perdido, publicada con éxito en Punto Rojo Libros; y Los inquisidores de Granada, primera parte de la trilogía Las guerras del Libro, que inaugura la colección Profesor Lidenbrock de la editorial Ginger Ape Books&Films.
Gloria Lizano López
(Ceuta, 1971)
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BIO
Estudia Bellas Artes en las facultades de Sevilla y Granada, donde finalmente se licencia. Durante su formación viaja y reside en distintas ciudades de España, Italia y Alemania. Es en Bonn donde comienza su Libro de ilustraciones, registro a modo de diario gráfico de las enseñanzas aprendidas y de los lugares y personas que le acompañan. Ha trabajado en diversos campos, entre ellos la infografía y la publicidad para televisión. En 2008, retoma el dibujo y la pintura y empieza a exponer en diferentes salas, centrando su producción artística en la exploración del concepto de mujer. Historia de la mujer semilla es su obra más importante hasta el presente.
Emilio de Marchi
(Milán, 1851 - 1901)
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BIO
Nació en Milán, en 1851, en el seno de una familia pequeño burguesa. Pronto quedó huérfano de padre. No obstante las dificultades económicas familiares, se licenció en Letras y llegó a ser profesor de estilística en la Academia Científico-Literaria de Milán. Dirigió su copiosa actividad literaria en muy diversas direcciones. Al abrigo de la scapigliatura lombarda, fundó y colaboró activamente en la revista La vita nuova, que más tarde abandonó por divergencias ideológicas. Tradujo en verso las Fábulas de La Fontaine. Cultivó el periodismo, la crítica literaria, el ensayo, la poesía, el teatro, el relato breve y la novela. Y fue en este campo que alcanzó sus mayores logros: El sombrero del cura, publicada por entregas en dos rotativos: L’Italia (1887) y Corriere di Napoli (1888), y más tarde, en volumen único por la histórica editorial Treves (1888), y que hoy es considerada el feliz punto de arranque de todo un género en Italia: el popular giallo (de su éxito dan cuenta sus numerosas reimpresiones y su traslación cinematográfica y televisiva). A ésta siguieron: Demetrio Pianelli (1890), unánimemente considerada su gran obra maestra; Arabella (1892); y Giacomo l’idealista (1897). De conformidad con su noción de la función social de la literatura y el literato –de ascendencia manzoniana y que vertebró el conjunto de su obra-, ya hacia el final de sus días, dirigió junto con el editor Vallardi una colección de lecturas populares, La buona parola, a la que contribuyó con diferentes volúmenes. Participó intensamente de la vida política y social de la ciudad, tomando parte en numerosas iniciativas pedagógicas y filantrópicas. En 1900, fue nombrado Caballero de la Corona de Italia. Murió en Milán, en 1901, con apenas cincuenta años, incapaz de superar la muerte de su hija predilecta, acaecida en 1897.